Se considera un coleccionista “verdadero” porque no vende lo que posee; asegura que el arte tiene que ver con la belleza y actualmente dirige la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur que se realizará en 2017.
Aníbal Jozami es rector de la Universidad Tres de Febrero y director del museo de esa casa de estudios, pero además tiene un largo currículo que lo vincula directamente al Centro Pompidou de Francia. En 2015 fue electo por los ministros de Cultura de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para dirigir la Bienal Internacional de Arte Unasur, que se desarrollará en el Centro Cultural Kirchner (CCK), entre otros lugares, en noviembre de 2017.
Hoy, desde las 13.30 a las 18 presentará esa Bienal en la Casa Histórica.
- ¿Cómo surge esta idea de una bienal sudamericana?
- Nuestro objetivo es revalorizar el arte sudamericano, ya que en todas las bienales ocupa un lugar poco visto, pequeño. No está en la misma posición que el arte de los países del Norte, por ejemplo. Nuestros artistas están poco representados y los críticos y teóricos no están presentes. Lo que estamos haciendo con estas actividades es definir la plataforma de cómo se constituirá la Bienal el próximo año. No habrá un curador, sino un grupo de curadores, con miradas distintas, pero además convocamos a un concurso internacional abierto para curadores y artistas. La Bienal se viene construyendo a lo largo de dos años, y persigue una integración cultural, con una identidad cultural. Pero será internacional, por eso estamos hablando con artistas como Christian Boltanski y Anish Kapoor. No es que sólo habrá artistas sudamericanos.
- ¿El arte puede cambiar a la gente?
- Es un bálsamo. Puede cambiar la vida a nivel individual, pero no puede cambiar la sociedad. Pero difundido de determinada forma puede llegar a los sectores más necesitados. Con una exposición de Picasso logramos en el Museo de la Universidad Tres de Febrero la concurrencia de 90.000 personas, de las cuales un 90% iba por primera vez a un museo; hicimos una gran experiencia con los sectores más carenciados, acercándoles el arte.
- Habló recién de la identidad....
- La identidad es sentirse parte de lo mismo, con sus diferencias. Cada uno con su tonada. Insisto, es ser parte de lo mismo, de igual país. Esto de la identidad no tiene únicamente un valor simbólico, sino también práctico, porque significa un mercado de muchos números. Y la integración no tiene un contenido ideológico, porque se puede hacer con gobiernos de izquierda, de derecha o de centro. Tiene que ver con la necesidad que tenemos.
- Usted es un coleccionista reconocido. ¿Qué autores tiene?
- Colecciono arte argentino, uruguayo y brasileño, pero en fotografía y video, es más internacional y abarca otros países. Pero colecciono a la antigua, nunca vendo, porque no especulo y comencé a hacerlo a los 24, 25 años. Tengo tanto arte contemporáneo como no contemporáneo. Diría que soy uno de esos coleccionistas verdaderos.
- ¿Qué opina del arte contemporáneo?
- Creo que hay que separar lo excesivamente comercial, esa especie de moda-diseño-publicidad, en la que todo está estetizado, pero donde el arte se convierte en lo menos estético. Para mí, el arte está ligado a un concepto de belleza muy amplio. Hay que separar, entonces, las modas de lo que va a sobrevivir.
- ¿Cuántas obras tiene y de quiénes?
- Unos cientos... Están Jorge Macchi, Adrián Villar Rojas, Ennio Iommi y Gyula Kósice... hasta Osorio Luque. Y me olvido de centenares.
- No se puede creer que esté en blanco la lista de artistas que participarán...
- Sí, es verdad, pero si se sigue a quienes están participando en nuestras actividades, más o menos podrá entenderse algunos de los que estarán.
- Volviendo al tema de la belleza, ¿no es un tanto conservador lo que dice?
- Bueno, es así si se analiza la belleza de un modo conservador. Puede haber bellezas en obras y formas muy distintas, pero con un criterio estético. La belleza puede estar en cualquier lado y ciertamente es algo indefinible.